Don Miguel Martínez Saravia nació
en la ciudad de Jauja el 28 de enero de 1919, efectuó sus estudios primarios en
el colegio Hermanos Maristas que durante la década de los años treinta funcionó
en la novena cuadra del jirón Ayacucho de nuestra ciudad. Por su brillante
calidad de alumno en el nivel primario, el Hermano Antonio, Director del
mencionado plantel, le otorgó una beca para que prosiguiera sus estudios secundarios en el colegio de los Hermanos
Maristas de Barranco, de la ciudad de Lima, donde se ganó rápidamente el
aprecio y respeto de sus compañeros de estudios, muchos de los cuales
destacaron posteriormente a nivel nacional.
Miguel Martínez era un alumno
modesto, estudioso, lector impenitente, culto excelente amigo y que tenía
asegurado un brillante porvenir como intelectual. No obstante él decide
afincarse en Jauja e ingresa a trabajar en la Secretaría del Colegio Nacional
San José en 1941. En los años siguientes, como profesor en el mismo plantel,
asumió el dictado de las asignaturas de Castellano, Literatura y también de
Historia Universal e Ingles, actividad docente que desempeñó con singular
solvencia hasta 1983 en que llegó a ocupar, merecidamente, el cargo de Director
de Estudios hasta fines de 1984 en que pasó a cese, después de 43 años de
servicios oficiales prestados a la juventud jaujina. Miguel Martínez entendió
la docencia como formación y transmisión viva, en las que importaba, sobre
todo, una afectiva comunicación humana, así como el buen ejemplo. Se
comprometió tanto en la docencia que se sobrepaso con exceso el tiempo en que,
de acuerdo a su derecho, pudo haber cesado. Hombre de vasta cultura general,
leía correctamente en ingles, francés y alemán.
Su amor por el paisaje de Jauja fue
conocido por todos y era incansable excursionista por los diversos parajes del
valle y de los cerros colindantes. Esta actividad, que desplegó con
sorprendente vigor y entusiasmo hasta los últimos años de su existencia, le
permitió constituirse en uno de los pocos
jaujinos que mejor conoció su tierra y la variedad de paisajes que ella
ofrece. Sus dotes de acucioso observador y su gran capacidad de síntesis las
puso de manifiesto en los artículos que escribió posteriormente que intitulo
“Por nuestros árboles” en el que, además nos deleita con la galanura de su
prosa.
Como manifestación de su amor por
nuestra tierra fue autor del trabajo bibliográfico titulado “Jauja” que se
publico en la serie Bibliografías Regionales Peruanas, del Instituto Raúl
Porras, de la universidad de San Marcos, en 1973.
Además, publicó dos estudios sobre
la fiesta del 20 de enero. El primero fue presentado al III Congreso del Hombre
y la Cultura Andina, y se publicó en el tomo III de las Actas y Memorias de ese
certamen. En este artículo se arroja una luz sobre los orígenes de la
festividad en Jauja. El segundo apareció en la revista “Visión Xauxa”, también
sobre esta fiesta.
Otra faceta de su vida, fue la
entrañable amistad que mantuvo con Don Pedro S. Monge Córdova, egregio profesor
jaujino-josefino, quien próximo a morir legó a su dilecto amigo, por escritura
pública y en propiedad, alrededor de 2800 libros, más revistas y mobiliario que
formaban parte su biblioteca, para que él dispusiera de ellos como creyera
conveniente. Empero, don Miguel Martínez con el desprendimiento que le era
proverbial y su amor a la cultura, transfirió la totalidad de estos libros,
revistas y enseres a la Municipalidad Provincial de Jauja, a través de un
convenio que consistió en que la Municipalidad publicara, a cambio, en forma de
dos libros, la recopilación de cuentos mágico realistas efectuadas por el
profesor Monge durante sus años como docente en el colegio San José, convenio
que suscribió con el alcalde de entonces, Dr. Diego Gutiérrez Orihuela, durante
cuya gestión se publico el primer volumen, en tanto que el segundo apareció
durante la gestión del alcalde Dr. Luis Balvín Martínez.
Don Miguel Martínez, falleció en la
ciudad de Lima el 17 de setiembre de 1994, a los 75 años de edad. Su muerte fue
el colofón de una vida plena. Sus restos fueron incinerados y tres meses
después, el 17 de diciembre, sus cenizas fueron esparcidas, a petición suya, en
las alturas del distrito de Yauli, en el paraje denominado Paclla Cancha,
situado al noreste de nuestra ciudad, aproximadamente a 4200 msnm, lugar que
amo con predilección por la elocuencia de su silencio y porque constituye una excelente
atalaya del valle de Jauja... ¡Eternamente Don Miguelito Martínez!
Fuente: Hijos de Hatun Xuxa
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