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Jauja, donde pagan a los hombres por dormir, fustigan a los hombres que insisten en trabajar, los árboles son de tocino y sus hojas de pan de fino. Las calles están adoquinadas con yemas de huevo y lonjas de tocino, asadas y fritas...

17 de septiembre de 2015

Homenaje a Don Miguelito Martínez Saravia

Don Miguel Martínez Saravia nació en la ciudad de Jauja el 28 de enero de 1919, efectuó sus estudios primarios en el colegio Hermanos Maristas que durante la década de los años treinta funcionó en la novena cuadra del jirón Ayacucho de nuestra ciudad. Por su brillante calidad de alumno en el nivel primario, el Hermano Antonio, Director del mencionado plantel, le otorgó una beca para que prosiguiera sus estudios  secundarios en el colegio de los Hermanos Maristas de Barranco, de la ciudad de Lima, donde se ganó rápidamente el aprecio y respeto de sus compañeros de estudios, muchos de los cuales destacaron posteriormente a nivel nacional.

Miguel Martínez era un alumno modesto, estudioso, lector impenitente, culto excelente amigo y que tenía asegurado un brillante porvenir como intelectual. No obstante él decide afincarse en Jauja e ingresa a trabajar en la Secretaría del Colegio Nacional San José en 1941. En los años siguientes, como profesor en el mismo plantel, asumió el dictado de las asignaturas de Castellano, Literatura y también de Historia Universal e Ingles, actividad docente que desempeñó con singular solvencia hasta 1983 en que llegó a ocupar, merecidamente, el cargo de Director de Estudios hasta fines de 1984 en que pasó a cese, después de 43 años de servicios oficiales prestados a la juventud jaujina. Miguel Martínez entendió la docencia como formación y transmisión viva, en las que importaba, sobre todo, una afectiva comunicación humana, así como el buen ejemplo. Se comprometió tanto en la docencia que se sobrepaso con exceso el tiempo en que, de acuerdo a su derecho, pudo haber cesado. Hombre de vasta cultura general, leía correctamente en ingles, francés y alemán.

Su amor por el paisaje de Jauja fue conocido por todos y era incansable excursionista por los diversos parajes del valle y de los cerros colindantes. Esta actividad, que desplegó con sorprendente vigor y entusiasmo hasta los últimos años de su existencia, le permitió constituirse en uno de los pocos  jaujinos que mejor conoció su tierra y la variedad de paisajes que ella ofrece. Sus dotes de acucioso observador y su gran capacidad de síntesis las puso de manifiesto en los artículos que escribió posteriormente que intitulo “Por nuestros árboles” en el que, además nos deleita con la galanura de su prosa.

Como manifestación de su amor por nuestra tierra fue autor del trabajo bibliográfico titulado “Jauja” que se publico en la serie Bibliografías Regionales Peruanas, del Instituto Raúl Porras, de la universidad de San Marcos, en 1973.

Además, publicó dos estudios sobre la fiesta del 20 de enero. El primero fue presentado al III Congreso del Hombre y la Cultura Andina, y se publicó en el tomo III de las Actas y Memorias de ese certamen. En este artículo se arroja una luz sobre los orígenes de la festividad en Jauja. El segundo apareció en la revista “Visión Xauxa”, también sobre esta fiesta.

Otra faceta de su vida, fue la entrañable amistad que mantuvo con Don Pedro S. Monge Córdova, egregio profesor jaujino-josefino, quien próximo a morir legó a su dilecto amigo, por escritura pública y en propiedad, alrededor de 2800 libros, más revistas y mobiliario que formaban parte su biblioteca, para que él dispusiera de ellos como creyera conveniente. Empero, don Miguel Martínez con el desprendimiento que le era proverbial y su amor a la cultura, transfirió la totalidad de estos libros, revistas y enseres a la Municipalidad Provincial de Jauja, a través de un convenio que consistió en que la Municipalidad publicara, a cambio, en forma de dos libros, la recopilación de cuentos mágico realistas efectuadas por el profesor Monge durante sus años como docente en el colegio San José, convenio que suscribió con el alcalde de entonces, Dr. Diego Gutiérrez Orihuela, durante cuya gestión se publico el primer volumen, en tanto que el segundo apareció durante la gestión del alcalde Dr. Luis Balvín Martínez.

Don Miguel Martínez, falleció en la ciudad de Lima el 17 de setiembre de 1994, a los 75 años de edad. Su muerte fue el colofón de una vida plena. Sus restos fueron incinerados y tres meses después, el 17 de diciembre, sus cenizas fueron esparcidas, a petición suya, en las alturas del distrito de Yauli, en el paraje denominado Paclla Cancha, situado al noreste de nuestra ciudad, aproximadamente a 4200 msnm, lugar que amo con predilección por la elocuencia de su silencio y porque constituye una excelente atalaya del valle de Jauja... ¡Eternamente Don Miguelito Martínez!
Fuente: Hijos de Hatun Xuxa

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