El Combate de Llocllapampa o Combate
del “Malpaso” fue un enfrentamiento entre el regimiento Lautaro y las
montoneras peruanas, junto al escuadrón Flanqueadores de Junín, sucedido el 10
de abril de 1882.
A inicios de 1882, Lynch comanda en
persona una expedición hacia Canta, mientras que otra división al mando de
Pedro Gana fue enviada hacia Chosica, buscando envolver a Cáceres, movimiento
que falló debido a que el general peruano retrocedió hacia Tarma, evitando ser
rodeado. Las tropas de Cáceres estaban conformadas por los batallones Zepita, Tarapacá,
América, Huancayo, 90 artilleros y 40 jinetes de caballería.
Lynch y Pedro Gana vuelven a
Lima, pero el Presidente de Chile, Domingo Santa María ordena continuar con la
expedición, debido a lo cual, Lynch envía a Gana hacia el Departamento de Junín
al mando de 2.300 efectivos, compuesta por tropas de las unidades
"Tacna" 2° de Línea, Lautaro, "Chacabuco" 6° de Línea, 1
escuadrón del Carabineros de Yungay y 1 brigada del Regimiento de Artillería
Nº1.
Los vecinos de Parco, sabedores
que se dirigían los
chilenos a Llocllapampa, comunicándose
con la rapidez posible con los pueblos de Matagrande, Matachico y Llocllapampa,
a fin de atacarlos en un sitio estratégico,
denominado “Malpaso”, distante a 4 Km. de la población de Parco, y tuvo lugar el 10 de abril de 1882.
Los ciudadanos de los tres
pueblos esperaron parapetados y listos para echarles galgas que tenían preparadas en la cumbre de
Lirio-huajlas, a esta magnífica
hazaña no sólo concurrieron los hombres,
sino también mujeres,
ancianos y niños
quedando por esta razón
los pueblos en completo silencio.
Después de algunas horas de espera llegaron los
chilenos intentando pasa el Quichco (pongo) ósea
un cañón estrecho de la
quebrada; de lo que aprovecharon los defensores para atacar con las galgas estratégicamente preparados. Al
verse en esta situación
peligrosa el jefe chileno desesperado interrogó
a Estanislao Cóndor que
era espía, quienes y cuántos eran los guerrilleros destacados
en Llocllapampa, este, no habiendo dado respuesta fue acribillado a balazos. Al
cual un cabo dijo: "Pucha cholo, tú
me has traído sabedor
del ataque".
Casi la totalidad de los
incursores sucumbieron destrozados por las galgas y sus cadáveres fueron arrastrados por
el caudaloso y torrentoso río.
Un solo chileno tuvo suerte de pasar la zona peligrosa, burlando las galgas,
llega a Chunamanta, quien enloquecido toca con su corneta "ataque" y
al comprobar que todos sus camaradas habían
sucumbido, incontinente se arrojó al río,
muriendo ahogado igual que sus compatriotas.
Los pocos que habían logrado retroceder
emprendieron una retirada precipitada sin comprobar la cantidad exigua de los
atacantes que los perseguían
de cerca. Al pasar por Parco, los chilenos tomaron las alturas pasando por
Huaripampa. En el punto Shipitayocc, murió Rufino Casachagua, que había esperado con varios compañeros en un promontorio
simulando atacar con fusiles, ya que eran bordones que portaban en el brazo.
Los de Iple, sintiendo la
retirada desastrosa de los chilenos concurrieron a la persecución de los enemigos, no
tardando en aparecer los de Canchapunco e Iple o Paccha, que atacaban con
dinamitas, cohetes, palos u hondas; así
perseguidos pasaron por Ullusca y en Canchahuanca nuevamente fueron atacados
por galgas, dejando algunos muertos y siguieron hasta llegar a la casa del
puente de Muquiyauyo, donde se refugiaron en número
reducido. En la noche el ejército chileno llevó a sus compañeros maltrechos en la grupa
de sus caballos.
Al siguiente día, 15 hombres chilenos se
presentaron al puente Turumanya, el que felizmente estaba cortado; para
castigar al pueblo de Parco, por el desastre infligido el día anterior. Como ataque
hicieron una descarga de fusilería.
Los pobladores se reunieron a toque de campanas para repeler, los hombres poseídos por el entusiasmo de la
Victoria y alentados por el triunfo del día
anterior, hicieron gala de coraje y valor, capeaban las balas, con sus sacos,
ponchos, sombreros; despreciando la muerte y la bala enemiga, falleciendo el
valiente Norberto Mucha, retirándose
los chilenos a Jauja.
Después de lo ocurrido, sobrevivieron: Valentín Rodriguez, Celedonio Casachagua, Toribio Ramos,
Bonifacio Chumbe, Luciano Huatuco, Segundino Hinostroza, quien relataba los
pormenores de las batallas y orgullosos decían:
"Este pecho mide 4 cuartas, sobrevivió
a cinco batallas y recibió seis balazos (mostrando sus cicatrices) arengaba a
sus hijos". También
perduraron a las batallas: Pedro Reyes, Manuel Vilca, Florentino Soto y muchos
otros valientes que lucharon bajo las órdenes del coronel Bedoya.
Póstumo homenaje a estos héroes caídos
en dicha gesta.
Fuente:
Transcripción parcial de la Monografía
del Distrito de Parco – Franklin Sovero Hinostroza.
www.parcoperu.info
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