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Jauja, donde pagan a los hombres por dormir, fustigan a los hombres que insisten en trabajar, los árboles son de tocino y sus hojas de pan de fino. Las calles están adoquinadas con yemas de huevo y lonjas de tocino, asadas y fritas...

24 de abril de 2017

Feliz 483 Aniversario de Jauja, Primera Capital Histórica del Perú


El gobernador y su séquito llegaron al valle del Mantaro aproximadamente un mes después de haber partido de la antigua capital de los incas. Fueron recibidos por el tesorero Riquelme a quien Pizarro había dejado a la cabeza de la guarnición mientras se dirigía a Cusco. Para este encuentro, Manco Inca Yupanqui hizo organizar una gigantesca cacería en la que participaron varios miles de ojeadores indios y que impresionó mucho a los participantes españoles por su importancia, su organización y sus resultados.

Sin embargo, no era objetivo del gobernador dedicarse a semejantes placeres. Además, al parecer, de que esto no iba con su carácter, la situación general distaba mucho de permitirlo. El objetivo era fundar en Jauja una ciudad llamada a desempeñar un papel particularmente importante dentro del dispositivo del nuevo Perú colonial. En ese entonces solo se contaba en el país con tres asentamientos españoles, San Miguel de Piura, Cajamarca y Cusco, sobre una extensión de dos mil kilómetros a través de los Andes. A grosso modo equidistante de Cajamarca y Cusco, Jauja era una etapa esencial de este camino, el único conocido y utilizado entonces por los españoles. Menos descentrada por el sur y menos adentrada en la cordillera que Cusco, ocupaba además un lugar excepcional en el centro de un rico y grande valle longitudinal que hacía de ella un lugar agradable, por su altitud moderada, y lleno de perspectivas económicas alentadoras, por la riqueza de su agricultura y el número de sus habitantes, garantía de jugosas encomiendas. Un detalle de vocabulario dará una idea de ella: en castellano, Jauja, es un país imaginario donde se supone reina la felicidad, la prosperidad y la abundancia, por eso se dice la tierra de Jauja.

Finalmente, aunque situada en la cordillera, los contactos de la nueva ciudad con la costa eran relativamente fáciles. Existían ya caminos bien mantenidos. Éste era un punto esencial para el futuro. Tumbes, a donde llegaron los españoles, y Paita, el puerto de Piura, eran las únicas puertas de ingreso al Perú. El desarrollo de la conquista hacia el sur las alejaba ahora del probable futuro centro de gravedad de la colonia. Este nuevo equilibrio hacía necesaria la instalación de un puerto más central. Todo concurría pues a hacer de Jauja la piedra angular del dispositivo que los españoles, con algunos titubeos, se empeñaban en implementar.

Pizarro decidió entonces establecer ahí la capital. Seguramente se le ocurrió esta idea cuando vino por primera vez, pero apurado como estaba por ingresar en Cusco y por terminar con aquello en el plano militar, que se presentaba todavía muy incierto, no había tenido tiempo de dedicarse a ello. Esta vez, el gobernador lo hizo muy oficialmente algunos días después de su llegada, el 25 de abril de 1534. Por cierto, fue la primera ciudad verdaderamente creada por Pizarro en el Perú. Es verdad que existían San Miguel, Cajamarca y Cusco, pero en la primera en donde solo estuvieron de paso, el gobernador y sus hombres no tuvieron tiempo de establecerse. En cuanto a las otras dos ciudades, en vista de la urgencia, los españoles se instalaron por decirlo así en casa de los incas.

Por el contrario, Jauja fue fundada con todo el ceremonial a la usanza en semejante caso. Primero se dibujó una plaza grande en cuyo centro se erigió una picota, símbolo de la justicia del Rey a la que todo debía estar subordinado. En los costados se destinaron terrenos para la iglesia, el concejo municipal y la residencia del representante de la autoridad real, lugares de los tres poderes de la Colonia. De las cuatro esquinas de la plaza, en ángulo recto, partían calles que dibujaban un damero dentro del cual se atribuyeron solares, a unos cincuenta soldados que habían solicitado constituir el núcleo fundador de la ciudad, los pobladores. Se comprometieron, bajo pena de perder todas sus ventajas, en no dejar la nueva ciudad y en comenzar en un plazo razonable la construcción de sus futuras viviendas. A continuación, y hasta fines del siglo XVIII, la misma operación debía repetirse en la misma forma centenares de veces, puesto que los españoles concibieron siempre su penetración, y sobre todo su instalación colonial, a partir de núcleos urbanos desde donde irradiaban su poder, su religión y sus modos de vida, en una palabra su cultura.
Fuente: Francisco Pizarro – Bernard Lavallé

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12 de abril de 2017

ALLCA, el perro protector de Tayta Cáceres

Una tarde visité Paca, invitado por los comuneros que agasajaban a su diputado. Primeramente fui a la Iglesia a trabar conocimiento con el Crucificado milagroso, que salvara al entonces general Cáceres, cuando, prófugo, después de la derrota de Huamachuco, recorría los senderos ocultos de cabras y venados de la cordillera, cruzando a lo largo de ella por entre las guarniciones chilenas, que le buscaban con ahínco. Dirigíase a Ayacucho, en pos del regazo consolador de la ciudad materna.

Se tiene la idea en Paca de que el caminante que de pronto se ve seguido de un perro, tendrá feliz viaje y fácil arribo. Ya Cáceres, refiriéndome al feliz presagio que tuvo al acercarse a Jauja en aquellos días luctuosos. Hallábase extraviado entre las breñas, y de pronto le salió al paso un perrito blanco, haciéndole fiestas con la cola.

El héroe tuvo una corazonada: abandonó las riendas al caballo y éste marchó decididamente tras el perro. A menudo el amable animalillo volvía la cara como para ver si su protegido lo seguía.

Había momentos en que este animalito se adelantaba para husmear el camino y regresaba luego corriendo y alegre como para darle a entender que no había novedad, proporcionándole así este nuevo acompañante un gracioso entretenimiento durante toda la noche de su viaje.

Con el amanecer llegó a Jauja, en momentos que el “pongo” (sirviente) de la casa del cura Vianderas abría el portón de la calle; preguntó por él y le mandó a decir que ya estaba allí, esperándole.

Salió su amigo, muy sorprendido con su inesperada visita, y trató de inquirir la causa que le motivaba; le respondió que por el momento no podía suministrarle ningún dato, ni pormenores de ninguna clase; y que solamente deseaba le proporcionase una taza de té y una copa de coñac y cama, porque estaba rendido de sueño y cansancio, suplicándole que no le despertara hasta que le llamase, y que también atendiera a los jefes que le acompañaban, que luego llegarían.

Se acordó del canino compañero y encargó que lo buscaran; pero no lo encontraron, fueron infructuosas sus averiguaciones para obtener informes sobre su diminuto guía, que desapareció tan misteriosamente como habíase presentado.

Este episodio concuerda con la creencia Huanta, de que "ALLCA", el perro, es una divinidad bienhechora del hombre, vigilante y fiel por excelencia. Sin duda por eso hoy nunca falta uno de esos lanudos canes de los Andes en la choza del indio; y éste a menudo arriesga su vida para salvar la de su leal amigo.

¡El perrito blanco era “Allca”, protector del Héroe de las Breñas del Mantaro!

Fuente: gdp1879.blogspot.pe / Blog de Jonatán Saona

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11 de abril de 2017

El Otongo: Fiambre de nuestra “Tropa de Cáceres”

Marco es un distrito de Jauja ubicado en el valle de Yanamarca, de allí proviene el “otongo”, un potaje cuyo origen nos remite al escenario de la guerra contra Chile.

Los marqueños son conocidos como “otongos”. Algunos quizás intentan mofarse, pero los marqueños se sienten orgullosos, cuando se les dice “otongos”, porque razones les sobra, ya que el "otongo" es un plato histórico para los lugareños.

El apelativo nos transporta al escenario de la guerra contra Chile en la sierra central, donde los marqueños apoyaron a las tropas de Andrés Avelino Cáceres.

Cuando los chilenos avanzaban hacia el Norte del Valle del Mantaro, los marqueños salieron al frente a apoyar a las tropas caceristas, formando batallones improvisados al compás de las notas marciales de la Banda de Guerra, ejecutados por los mismos soldados en pie de guerra, y detrás de los soldados iban las mujeres "Rabonas" llevando en su “quipe” el fiambre o “rancho” para aplacar el hambre en determinado momento. Este rancho era el "otongo", la cancha y el queso.

¿Pero qué es el Otongo? Son bolas de harina de trigo del lugar, su peso es exactamente la cantidad de una masa que sirve al panadero para hacer un pan, preparado sin levadura en su mayoría, con poca agua y en olla de barro, en el intermedio o dentro de las bolitas de harina se coloca queso fresco, algunas veces miel, en otras ocasiones algarrobina, chancaca o también azúcar, se puede servir acompañado de chicharrones.

De lo dicho se desprende que es un plato histórico y típico de este lugar, que fue un aporte de los pobladores marqueños a la defensa de nuestra patria.

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10 de abril de 2017

La gran gesta del asalto de "Malpaso" en Parco – Jauja

El Combate de Llocllapampa o Combate del “Malpaso” fue un enfrentamiento entre el regimiento Lautaro y las montoneras peruanas, junto al escuadrón Flanqueadores de Junín, sucedido el 10 de abril de 1882.

A inicios de 1882, Lynch comanda en persona una expedición hacia Canta, mientras que otra división al mando de Pedro Gana fue enviada hacia Chosica, buscando envolver a Cáceres, movimiento que falló debido a que el general peruano retrocedió hacia Tarma, evitando ser rodeado. Las tropas de Cáceres estaban conformadas por los batallones Zepita, Tarapacá, América, Huancayo, 90 artilleros y 40 jinetes de caballería.

Lynch y Pedro Gana vuelven a Lima, pero el Presidente de Chile, Domingo Santa María ordena continuar con la expedición, debido a lo cual, Lynch envía a Gana hacia el Departamento de Junín al mando de 2.300 efectivos, compuesta por tropas de las unidades "Tacna" 2° de Línea, Lautaro, "Chacabuco" 6° de Línea, 1 escuadrón del Carabineros de Yungay y 1 brigada del Regimiento de Artillería Nº1.

Los vecinos de Parco, sabedores que se dirigían los chilenos a Llocllapampa, comunicándose con la rapidez posible con los pueblos de Matagrande, Matachico y Llocllapampa, a fin de atacarlos en un sitio estratégico, denominado “Malpaso”, distante a 4 Km. de la población de Parco, y tuvo lugar el 10 de abril de 1882.

Los ciudadanos de los tres pueblos esperaron parapetados y listos para echarles galgas que tenían preparadas en la cumbre de Lirio-huajlas, a esta magnífica hazaña no sólo concurrieron los hombres, sino también mujeres, ancianos y niños quedando por esta razón los pueblos en completo silencio.

Después de algunas horas de espera llegaron los chilenos intentando pasa el Quichco (pongo) ósea un cañón estrecho de la quebrada; de lo que aprovecharon los defensores para atacar con las galgas estratégicamente preparados. Al verse en esta situación peligrosa el jefe chileno desesperado interrogó a Estanislao Cóndor que era espía, quienes y cuántos eran los guerrilleros destacados en Llocllapampa, este, no habiendo dado respuesta fue acribillado a balazos. Al cual un cabo dijo: "Pucha cholo, tú me has traído sabedor del ataque".

Casi la totalidad de los incursores sucumbieron destrozados por las galgas y sus cadáveres fueron arrastrados por el caudaloso y torrentoso río. Un solo chileno tuvo suerte de pasar la zona peligrosa, burlando las galgas, llega a Chunamanta, quien enloquecido toca con su corneta "ataque" y al comprobar que todos sus camaradas habían sucumbido, incontinente se arrojó al río, muriendo ahogado igual que sus compatriotas.

Los pocos que habían logrado retroceder emprendieron una retirada precipitada sin comprobar la cantidad exigua de los atacantes que los perseguían de cerca. Al pasar por Parco, los chilenos tomaron las alturas pasando por Huaripampa. En el punto Shipitayocc, murió Rufino Casachagua, que había esperado con varios compañeros en un promontorio simulando atacar con fusiles, ya que eran bordones que portaban en el brazo.

Los de Iple, sintiendo la retirada desastrosa de los chilenos concurrieron a la persecución de los enemigos, no tardando en aparecer los de Canchapunco e Iple o Paccha, que atacaban con dinamitas, cohetes, palos u hondas; así perseguidos pasaron por Ullusca y en Canchahuanca nuevamente fueron atacados por galgas, dejando algunos muertos y siguieron hasta llegar a la casa del puente de Muquiyauyo, donde se refugiaron en número reducido. En la noche el ejército chileno llevó a sus compañeros maltrechos en la grupa de sus caballos.

Al siguiente día, 15 hombres chilenos se presentaron al puente Turumanya, el que felizmente estaba cortado; para castigar al pueblo de Parco, por el desastre infligido el día anterior. Como ataque hicieron una descarga de fusilería. Los pobladores se reunieron a toque de campanas para repeler, los hombres poseídos por el entusiasmo de la Victoria y alentados por el triunfo del día anterior, hicieron gala de coraje y valor, capeaban las balas, con sus sacos, ponchos, sombreros; despreciando la muerte y la bala enemiga, falleciendo el valiente Norberto Mucha, retirándose los chilenos a Jauja.

Después de lo ocurrido, sobrevivieron: Valentín Rodriguez, Celedonio Casachagua, Toribio Ramos, Bonifacio Chumbe, Luciano Huatuco, Segundino Hinostroza, quien relataba los pormenores de las batallas y orgullosos decían: "Este pecho mide 4 cuartas, sobrevivió a cinco batallas y recibió seis balazos (mostrando sus cicatrices) arengaba a sus hijos". También perduraron a las batallas: Pedro Reyes, Manuel Vilca, Florentino Soto y muchos otros valientes que lucharon bajo las órdenes del coronel Bedoya.

Póstumo homenaje a estos héroes caídos en dicha gesta.
Fuente:
Transcripción parcial de la Monografía del Distrito de Parco – Franklin Sovero Hinostroza.
www.parcoperu.info

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9 de abril de 2017

Porque se celebra Semana Patria en Semana Santa en el valle de Yanamarca – Jauja

Todos los años, mientras en el valle del Mantaro se festeja con júbilo y devoción las actividades religiosas por la pasión, muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo; los jueves de Semana Santa se escenifica en el valle de Yanamarca (distritos de Acolla, Marco, Tunanmarca, Pomacancha, Janjaillo), la alegoría de “La Maqtada” o la “Tropa de Cáceres” ante una multitud de turistas locales, nacionales e internacionales que llegan hasta el valle de Yanamarca para apreciar esta interesante danza. Este baile es una remembranza de la llamada “Campaña de la Breña”, que se desarrolló durante la guerra con Chile en la sierra peruana bajo el liderazgo del mariscal Andrés Avelino Cáceres.

Fue un 15 de abril de 1881, que cayó un Viernes Santo, cuando los pueblos del valle de Yanamarca, participaban con fervor religioso en las actividades de Semana Santa, don Andrés A. Cáceres, soportando el frio en las altas punas y sorteando las asperezas de la quebradura agreste, hace su paso por este valle con dirección a la ciudad de Jauja, para organizar y reiniciar la campaña de resistencia al ejército chileno.

Y ante el llamado, una gran cantidad de hombres humildes del valle del Mantaro, unidos por el amor supremo a nuestra patria, escogieron el camino del honor nacional; enrolándose con valentía en los huestes del gran Andrés A. Cáceres. Por ello, en Jauja se formó el batallón de su mismo nombre. Igualmente, en otros distritos se formaron muchos batallones, como el batallón "Libres de Marco y Concho", el batallón "Libres de Paccha", la "Guardia Nacional de Huaripampa", la columna de "Cazadores de Muquiyauyo", los "Flanqueadores de Llocllapampa", entre otros.

Actualmente, dentro de su religiosidad y su fe, los pobladores de valle de Yanamarca reviven en esta estampa folklórica su alegría triunfal en el desalojo de los chilenos del centro del Perú, su orgullo de haber sido soldado de Cáceres.

Una semana Santa y semana Patria en la provincia de Jauja, único en el Perú.

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7 de abril de 2017

Semana Santa, semana patria en el Valle de Yanamarca - Jauja

Todos los años, mientras en el valle del Mantaro se festeja con júbilo y devoción las actividades religiosas por la pasión, muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo; los jueves de Semana Santa se escenifica en el Valle de Yanamarca, la alegoría de “La Maqtada” o la “Tropa de Cáceres” ante una multitud de turistas locales, nacionales e internacionales que llegan hasta el valle de Yanamarca para apreciar esta interesante danza. Este baile es una remembranza de la llamada “Campaña de la Breña”, que se desarrolló durante la guerra con Chile en la sierra peruana bajo el liderazgo del mariscal Andrés Avelino Cáceres.

En la escenificación se puede apreciar a diferentes personajes como El Mariscal Cáceres, músicos compuestos de tambor y cornetas de guerra, escolta, oficiales, majtas, pashñas y las rabonas. También, los rancheros o carambiash y los chilenos que son vencidos y capturados.

Es una danza histórica que no ha perdido la caracterización de esa época por lo que el Instituto Nacional de Cultura - Junín, mediante Resolución Directoral No. 009-2008-DRC-J declaró a “La Maqtada o Tropa de Taita Cáceres de Acolla y Pueblos del Valle de Yanamarca, Patrimonio Cultural de la Nación”.

El Mariscal Cáceres, encabeza a su “Tropa” con marcialidad y “estilo militar”, le acompañan los músicos, la escolta, los oficiales, los majtas (jóvenes cholos) y las rabonas que bailan con movimientos rítmicos y perfectamente al compás del tambor y la corneta de guerra dando dos pasos adelante, uno atrás, y otros saltos en zigzag, que para ello se requiere de mucha habilidad, destreza, y gracia sin parar.

Para las órdenes marciales, en vista que no hablaban el mismo idioma, se cocía en el hombro izquierdo de los soldados un pedazo de pellejo con lana blanca (yuraj), y otro, en el hombro derecho, con lana negra (yana), esto facilitaba la uniformidad para girar o voltear a todo la tropa. Entonces, cuando Cáceres decía “yana jaracha ticrari”, significaba que debían girar a la derecha, y cuando decía “yuraq jaracha ticrari”, significaba que tenían que girar a la izquierda, porque a ese lado estaba el pellejo blanco.

Encabeza el desfile el “Brujo de Los Andes” y su estado mayor, correctamente uniformados, montados sobre los mejores alazanes del valle de Yanamarca, seguido por el batallón desfilan las “rabonas” con sus “quipes” de alimentos, utensilios y trastos de cocina, destacando las pailas y los gigantescos cucharones de madera que blanden las sufridas mujeres compañeras de los guerrilleros.

Ocupando el centro de la formación nunca falta el “chileno” capturado por la tropa, quien es conducido con una soga o cadena que terminan enlazados en los pies y manos del enemigo derrotado.

Seguidamente van marcando el paso los batallones de Infantería Nº 3 Sector Norte y de Artillería Sector Sur, todos ataviados con vestimenta militar. Últimamente, también desfilan soldados del Ejército Peruano, además que se matizan con diversas escenificaciones del acontecer histórico nacional e internacional.

Dentro de su religiosidad y su fe, los pobladores de Acolla reviven en esta estampa folklórica su alegría triunfal en el desalojo de los chilenos del centro del Perú. Una semana Santa y Semana Patria único en el Perú.


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6 de abril de 2017

Un día como hoy, Jauja es elevado de Villa al rango de Ciudad


MINISTERIO DE ESTADO

El gobernador, cura y principales habitantes de la villa de Santa-Fé de Jauja han dirigido una representación al Gobierno Supremo, exponiendo los títulos que tienen para pretender se eleve aquella villa al rango de ciudad. Este pueblo que desde el tiempo del emperador Pacha-Cutec obtuvo notables privilegios, como lo indica su antigua denominación de Hatun-Sausa, tanto por sus servicios como sus ventajosa localidad, no ha llamado ménos la atención sobre sí en los tiempos modernos, por el patriotismo que siempre ha demostrado y la firmeza con que ha sostenido sus derechos á la vista del fuego y del fierro de los enemigos. Desde el 20 de Noviembre de 1820 en que la división del general Arenales puso á Jauja en libertad de pronunciar sus sentimientos, no ha cesado de hacer sacrificios gratos á la Patria, prodigando su sangre y sus recursos para cooperar á las miras del ejercito libertador. Estos motivos han autorizado los decretos anteriores, en que se han concedido exenciones y distintivos á que solo tiene derecho el mérito. Mas conociendo el Gobierno que también son acreedores á que se defiera á la solicitud que han entablado sus vecinos, ha resuelto lo que sigue:

EL SUPREMO DELEGADO

He acordado y decreto:
Art. 1. La villa de Santa-Fé de Jauja por los señalados servicios que ha hecho á la patria desde el 20 de Noviembre de 1820, tendrá en lo sucesivo el nombre y privilegio de Ciudad.

Art. 2. Los naturales de Jauja serán considerados cuando se establezca el plan general de contribución, disminuyendo la cuota que les corresponda sin notable perjuicio del Erario Nacional. El presente decreto se someterá a la sanción del Poder Legislativo por el ministro de Estado con la exposicion de los principios de justicia en que se funda.

Dado en el palacio del Supremo Gobierno, en Lima, á 6 de Abril de 1822. - 3.°
Firmado: TORRE-TAGLE
Por órden de S.E. - B. Monteagudo.

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4 de abril de 2017

Abril: Mes de tayta Cáceres y de Jauja

Este mes, los jaujinos conmemoramos la llegada del mariscal Cáceres en plena Semana Santa a Jauja, que después de caer herido en la batalla de Miraflores en Lima, logra escapar a la sierra y después de un descanso prudencial, organiza la resistencia con los pobladores del valle del Mantaro, quienes se enrolan con valentía en las huestes de Andrés A. Cáceres.

Así mismo, en el mes de abril, después del regreso de los españoles del Cusco, Francisco Pizarro decide continuar la fundación de Jauja el 25 de abril de 1534, cuando 53 españoles con el Gobernador a la cabeza, expresan su voluntad de residir en ella y hacerla capital de la Gobernación.

En las próximas publicaciones estaremos tratando con más detalle ambos temas.


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