Jauja… pedacito del cielo

Por: Richard Zevallos / Henry Ginés

La primera ciudad que encontrará el viajero que venga, ya sea desde Lima o la selva central, será Jauja, la misma que se ubica a 3,390 m.s.n.m. y, pese a la presión de la llamada modernidad, luce tranquila y apacible, tranquilidad que solo es alterada cuando recibe por sus calles los pasos de los danzantes de la pachahuara, la jija, los corcovados, la herranza, la huailijía, etc., que han maravillado desde siempre a viajeros e investigadores de diversas disciplinas y nacionalidades. Sin embargo, es la tunantada y sobre todo el carnaval jaujino, lo que marca su identidad.

QUÉ VISITAR. Frente a la plaza se levanta majestuosa su iglesia matriz, de monumental construcción, rasgos arquitectónicos de marcado estilo colonial.

Flanqueada por la cordillera Oriental que curiosamente proyecta el perfil de un “Indio que descansa” como lo conocen los lugareños, y a solo 6 kilómetros al noreste de la ciudad, el paisaje proyecta un extenso espejo de agua conocido como la Laguna de Paca. Hoy este lugar es uno de los principales destinos turísticos del Valle del Mantaro.

Los Waris, entre los años 600 y 1000 d.C. y luego los Yarus en el año 1100 invaden los territorios de los Wanka – Xauxa, quienes se organizan y construyen una fortaleza en Siquilla Pucará, a 10 kilómetros de Jauja, conocida como Tunanmarca que en dialecto significa Wanka significa “Pueblo en la punta del Cerro”. En la actualidad es posible visitar los restos de esta ingeniosa ciudadela que se encuentra protegida por tres murallas de piedra de 2 kilómetros de largo. Allí habitaban entre 12 a 15 mil moradores en aproximadamente 3000 viviendas de forma circular construidas con barro y piedra.

Canchayllo es uno de los 34 distritos que conforman la provincia de Jauja, ahí se encuentra el cañón del Shucto, impresionante formación rocosa ubicada a 51 kilómetros de Jauja y a 3,912 m.s.n.m. guarda ancestral los restos arqueológicos del Korivinchos o Picaflor de Oro, antiguo complejo habitacional pre inca y es el destino favorito de quienes buscan restos arqueológicos, aventura y sano contacto con la naturaleza.

El cerro Pishtac, en Canchayllo a 46 kilómetros de Jauja, es una importante reserva de las famosas Puyas de Raimondi.

Canchayllo, también alberga la reserva Paisajista Nor Yauyos – Cochas, la primera de su tipo en el Perú, a 4,448 m.s.n.m. Su escolta es el nevado de Pariaccacca, conocido como el Apu o Cerro Sagrado de los Auquis. Desde esta reserva y alimentados por los deshielos de los nevados del Pariaccacca, crecen hermosas lagunas como Tembladera, Huaylacancha, Azulcocha y Carhuacocha, desde donde se divisan señoriales, los picos nevados del Runshu, el Tunshu y Pariaccacca.

¿Cómo llegar a Jauja?

Jauja se ubica a 257 kilómetros de la ciudad de Lima, vía la Carretera Central, desde Chanchamayo son 127 kilómetros, desde Tarma 62 kilómetros y desde Huancayo, la capital de la región Junín, 46 kilómetros. Todas las rutas se hacen a través de excelentes carreteras asfaltadas con fantásticos escenarios naturales adornados por un rosario de curiosas casas y cabañas de los agricultores.

Recuerde que la provincia de Jauja con todo el esplendor del sol de la sierra. Es un lugar histórico notable ya que en 1534 Pizarro fundó Jauja como la capital de la Nueva Castilla.

Fuente: Diario Correo Huancayo