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Jauja, donde pagan a los hombres por dormir, fustigan a los hombres que insisten en trabajar, los árboles son de tocino y sus hojas de pan de fino. Las calles están adoquinadas con yemas de huevo y lonjas de tocino, asadas y fritas...

6 de abril de 2013

'Los Jaivas' tuvieron influencia de 'Los Engreídos de Jauja'

El grupo chileno pionero de la fusión latinoamericana celebró ayer sus primeros 50 años en el ND Ateneo de Argentina, en el marco de la gira “Medio Siglo 2013”. En todos estos años, Claudio Parra fue el único miembro de los Jaivas que estuvo interrumpidamente desde su formación.

“A través de nuestra historia, hemos luchado por evitar las influencias concientes", dijo el compositor y pianista, pero también empezó a dejar caer recuerdos.

Nacida en 1963 como los “High Bass”, casi toda la década del 60 la banda la tomó como una época de aprendizaje, en la que el grupo aprendió a convivir con el público. Parra contó que los discos de cumbias de Wawancó fueron "los que nos influenciaron en nuestra primera etapa, donde amenizábamos fiestas en Viña del Mar". Pero también que el grupo se maravilló con la “Suite Estancia” del gran Alberto Ginastera, que los hizo aproximar a la música contemporánea latinoamericana, y con las últimas composiciones de Violeta Parra. "A través de ella aprendimos a conocer y amar nuestra identidad musical", recordó.

En 1973, Los Jaivas se instalaron en la Argentina, donde se quedaron cuatro años. "Durante nuestra estadía en Argentina llegaron a nuestras manos discos como “Los Engreídos de Jauja” y “Los Gaiteros de San Jacinto”, y a través de ellos conocimos el folklore profundo, las sonoridades y los ritmos de Perú y Colombia como el huaylas, que posteriormente utilizamos en 1982 en nuestra obra Alturas de Machu Picchu", un enorme éxito que tuvo incluso un recordado especial de la TV chilena y peruana desde las ruinas incaicas, junto al escritor Mario Vargas Llosa. En la canción “Amor americano” tiene como intro un ritmo de tunantada.

En 1988, en un accidente automovilístico al sur de Lima, muere Gabriel Parra, el baterista del grupo. En Viña del mar lo despidieron 100 mil personas. A pesar de las dificultades anímicas y musicales, los Jaivas continuaron tocando. Al despuntar la década del 90, durante una gira por Sudamérica se suma a la batería, en una canción, Juanita Parra, la hija de Gabriel, que en su debut, tenía sólo 19 años. Y se incorpora.

Los Jaivas editaron tres discos de estudio más, y varias recopilaciones y registros en vivo. Volvieron a sufrir duras pérdidas (en 2005, con el fallecimiento del vocalista Eduardo "Gato" Alquinta, y un año después con la muerte de su hijo Eloy, a los 33 años), pero continuaron haciendo música. Igual que hace 50 años. Un motivo para festejar anoche.

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